Con
el permiso de Barça y Real Madrid, en estas últimas semanas la
comidilla de bares ha sido el “perdón del Rey” .
Un
país que se jactaba de la ejemplar monarquía que teníamos, a mofe
de la inglesa o monegasca.

Evitando
el debate de monarquía sí monarquía no, o si estaba cazando
elefantes, pienso que el Rey no debía haber pedido perdón.
Simplemente porque cada uno en su tiempo de ocio hace lo que quiere y
a medida de sus posibilidades económicas, gente con poder
adquisitivo ha habido, hay y habrá.
Pero
aún así haciendo gala de su campechanísmo y cercano al pueblo, el
Rey salió y pidió perdón, gesto que de alguna manera, podemos
decir que le honra.

Ninguno,
ninguno ha salido a pedir perdón i admitir que se han confundido. Los
egos son muy poderosos. Quizás piensen que están por encima de la
Realeza.